M. A. Ramón V. Taveras Morillo
Coronel ERD., DEM.
La región de Asia Pacífico es una de las áreas más importantes en términos de geoestrategia. Con una combinación de países poderosos, grandes recursos naturales y rutas comerciales, esta región desempeña un papel crucial en las relaciones internacionales entre Estados, política y la economía mundial.
Dentro de los aspectos geoestratégicos claves en Asia Pacífico, podemos decir que, convergen dos de las principales potencias mundiales China y Estados Unidos, países que compiten por la influencia y hegemonía, provocando una rivalidad geoestratégica conocida como la "competencia estratégica", por un lado China busca expandir su influencia económica y militar en la zona a través de iniciativas como la Nueva Ruta de la Seda (proyecto para conectarse con Asia y el resto del mundo y así ganar influencia económica y política), mientras que Estados Unidos busca mantener su posición como potencia dominante y aliado clave de los países de la región.
Además de China y Estados Unidos, otros actores importantes en Asia Pacífico Japón, Corea del Sur y Australia, son países que tienen una presencia militar significativa y son aliados claves de Estados Unidos. Su ubicación geográfica estratégica y su capacidad económica los convierten en actores determinantes en la política y la seguridad regional.
Otro aspecto geoestratégico importante en Asia Pacífico, es el control de los recursos naturales y las rutas marítimas comerciales; está región es rica en recursos como petróleo, gas natural y minerales, lo que la convierte en un objetivo para las potencias mundiales. Además, las rutas marítimas en el Mar de China Meridional y el Mar de Japón son vitales para el comercio global, ya que a través de ellas pasa una gran parte del comercio mundial. El control de estas rutas y la protección de los intereses económicos son motivos de tensiones y conflictos en la región.
Si nos adentramos en la historia encontramos permanentes disputas territoriales en esta zona marítima debido al significativo impacto en la geoestrategia de la región. Las disputas en el Mar de China Meridional, involucran además a varios países, incluyendo China, Vietnam, Filipinas, Malasia y Taiwán, que reclaman la soberanía sobre diferentes islas y áreas marítimas, ricas en recursos. Estas disputas han llevado a tensiones y rivalidades entre los involucrados, provocando la intervención de actores externos, como Estados Unidos, que busca proteger la libertad de navegación en la región.
Hoy, la península de Corea, dividida entre Corea del Norte y Corea del Sur, está sometida a una tensa rivalidad, como resultado de las ambiciones nucleares y pruebas de misiles balísticos, llevados a cabo por Corea del Norte, generando gran preocupación en la comunidad internacional, provocando una mayor militarización de la región.
De igual manera, de las tensas relaciones entre China y Japón, marcadas por disputas históricas y territoriales, especialmente por las islas Senkaku/Diaoyu en el Mar de China Oriental, provocando incidentes por lo que se ha aumentado la actividad militar en la zona.
Hoy, vemos la rivalidad entre India y Pakistán, que se remonta a la partición de la India en 1947 (dando origen al nacimiento de Pakistán como Estado independiente), originando una serie de conflictos y tensiones específicamente en la región de Cachemira. Ambos países poseen armas nucleares y han estado involucrados en enfrentamientos militares, lo que también representa una amenaza para la estabilidad de la región.
Por otro lado, somos testigos de la incesante competencia económica entre China y Estados Unidos, que trae consigo una creciente influencia económica y militar de China en la región, lo que ha generado tensiones con Estados Unidos, quien ha sido tradicionalmente la potencia dominante en Asia Pacífico. Esta rivalidad se ha manifestado en disputas comerciales, tensiones militares y competencia por la influencia en países de la región.
Si nos concentramos en China, podemos confirmar que debido a su ingente demografía, sin lugar a dudas gran consumidora de recursos naturales, tales como energía, minerales y alimentos (especialmente granos como el arroz y el trigo, así como productos pesqueros), que provienen de Tailandia, Vietnam y Filipinas; por lo que busca asegurar el acceso a ellos para satisfacer su demanda interna. De igual manera, asegura petróleo y el gas en el Mar del Sur y China Oriental, así como, los minerales de Australia, productor número uno
de litio a nivel mundial y Mongolia, unas de las mayores reservas mundiales de cobre y carbón).
Todo esto, porque China es el mayor consumidor de gas y petróleo, a nivel mundial; así el principal importador y exportador de bienes, por ello la región de Asia-Pacífico es centro importante para el comercio internacional; por ello, busca asegurar rutas comerciales estables y seguras para sus productos y recursos, así como, el desarrollo en la región de infraestructuras de transporte marítimo y puertos, como parte de su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda.
Por otro lado, Pekín es el país líder en la producción de tierras raras, constituidas por un grupo de elementos químicos utilizados en la fabricación de productos de alta tecnología, como teléfonos móviles, computadoras y vehículos eléctricos, por ello también busca asegurar el acceso a mas tierras raras en países como Australia, Myanmar y Vietnam.
En razón de lo antes expuesto, es que china busca aumentar su influencia política y diplomática en la región de Asia-Pacífico y a nivel global. Esto incluye el fortalecimiento de lazos con países vecinos y la participación en organizaciones regionales como la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). De igual modo, ha buscado establecer alianzas estratégicas con países como Rusia para contrarrestar la influencia de otros actores globales.
El principal actor externo en la región Estados Unidos, ha seguido su periplo de liderar grandes alianzas, está desarrollando un “cinturón de seguridad” en el Indo-Pacifico, con el único propósito de frenar el expansionismo chino, aunando esfuerzos con Japón, Australia, Corea del sur, Nueva Zelanda y en especial con la India, este último ha incrementado en gran medida su presencia en el estrecho de Malaca (principal en carga general, convirtiéndose en un punto primordial para la logística internacional).
Debemos tener presente que, para el (2021) se hizo pública la alianza militar estratégica de AUKUS, entre tres países de la angloesfera (Canberra, Reino Unido y Estados Unidos), mediante este acuerdo Australia recibirá cooperación en capacidades cibernéticas, inteligencia artificial, tecnologías cuánticas y cinco submarinos de propulsión nuclear, dicho pacto se centrará en la capacidad militar, con miras a trazar un neocolonialismo incipiente, para contrarrestar la nueva ruta de la seda, potencializado con la alianza de intercambio de inteligencia “Faive Eyes” Cinco Ojos que también incluye a Nueva Zelanda y Canadá.
Por esto la importancia del corredor chino, que viene aliviar la tensión de ese país, ante un posible bloqueo del estrecho de Malaca, consiste en un corredor que conecta una ruta marítima, una ruta por tierra y otra por ferrocarril, que permite enlazar rutas logísticas de Singapur, Myanmar y China, quien ve realizada una de sus mayores aspiraciones desde los ochenta, llevar desarrollo a las provincias del sudoeste y evitar el estrecho de Malaca.
Esto demuestra lo decidido que esta el gigante asiático en extender sus influencias comerciales, cuando a pesar del golpe de Estado en Myanmar el 1 de febrero del 2021, continuo sus acuerdos con un gobierno De facto, claro esto no es porque sí, es que la posición geográfica de Myanmar en la costa oriental del golfo de Bengala y su frontera con China lo colocan en una posición privilegiada para facilitar la construcción de oleoductos y gaseoductos.
Con toda firmeza podemos decir, que nos encontramos ante una China que actualmente tiene sus cimientos geoestratégicos en el razonamiento del geopolítico norteamericano Alfred Mahan, plasmado en su obra La influencia del poder naval en la historia 1660-1783, “El poder marítimo se construye sobre un comercio exterior prospero, este precisa de una poderosa marina mercante, a la que por supuesto, se le debe proporcionar seguridad mediante una marina de guerra adecuada; esta necesita bases marítimas para sus navíos y, en un contexto imperialista, de unas colonias que aporten materias primas”.
Muchas gracias.
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