Carlos Carrera, representante UNICEF. |
SANTO DOMINGO, DN.- Históricamente, las adolescentes no han sido priorizadas en las agendas de desarrollo en América Latina y el Caribe, y cuando se enfatiza en República Dominicana, según datos de la ENHOGAR-MICS 2019, el 32% de las niñas y adolescentes se unen antes de los 18 años, cifra que aumenta a casi la mitad de las niñas que viven en las zonas más empobrecidas del país. Además, el 20% de las mujeres jóvenes tiene su primer hijo antes de los 18 años.
Estos hallazgos describen con claridad cómo las niñas y las adolescentes viven experiencias diferentes a los niños y los adolescentes, a pesar del contexto general de condiciones socioeconómicas que existe en el país. Mencionada problemática representa un fenómeno complejo relacionado con desigualdades de género, y que producen consecuencias personales y sociales como tener menores opciones y oportunidades para sus proyectos de vida, la exclusión del sistema escolar, la exposición a la violencia, acosos, abusos y discriminación, así como la exposición al embarazo adolescente. Esto pone en riesgo la vida y la salud de las niñas, además de limitar sus oportunidades futuras reproduciendo la pobreza.
Al analizar la distribución por sexo de los destinatarios de los programas y políticas durante el año 2021, se observa que RD$ 105,415.0 millones (50.9 % fueron destinados al sexo masculino, mientras que RD$ 101,791.6 millones (el 49.1 % restante) fue dirigido al femenino.
“Se podría pensar que el 49% de la inversión pública es suficiente, pero no lo es. Las niñas dominicanas necesitan que se invierta más en sus derechos. En muchas partes del mundo, hay niñas luchando por sus sueños y su futuro, buscando soluciones para que las cosas cambien. Ante eso, las familias, instituciones, comunidades y países deben ir más allá de reafirmar los compromisos, deben invertir en las acciones necesarias para que ese cambio se haga realidad” , dijo Carlos Carrera, representante de UNICEF en la nación dominicana.
Cada 11 de octubre se celebra el Día Internacional de las Niñas, y precisamente este año, el lema es "Invertir en los derechos de las niñas: nuestro liderazgo, nuestro bienestar".
Las recientes investigaciones de UNICEF precisan que en América Latina y el Caribe, varios de los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) más rezagados se relacionan con las niñas adolescentes. Por ejemplo, una inversión total de solamente 1,53 dólares al día por niña en las economías emergentes, podría repercutir enormemente en el potencial económico general de los países; las economías cuyas niñas tengan tasas de un 100 % de finalización de la escuela secundaria de aquí a 2030 podrían experimentar un aumento de su PIB en un 10 % como promedio.
Asimismo, el Estudio sobre el Impacto Económico del Matrimonio Infantil y las Uniones Tempranas (MIUT) en República Dominicana, realizado por UNICEF junto al Banco Mundial en 2017 evidenció importantes vínculos entre el matrimonio infantil y las uniones tempranas y la reproducción intergeneracional de la pobreza. Entre ellos indicó que las adolescentes casadas o unidas consiguen empleos de menor calidad y ganan un 17% menos durante toda su vida, concluyendo que, sin el MIUT, la pobreza del país podría reducirse de 30.5% a 27.7% y la pobreza en los hogares dominicanos en 10%.
La inversión pública en servicios y programas dirigidos a niñas y adolescentes es parte de los compromisos que asumió la nación dominicana con la ratificación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CDN). Este acuerdo exhorta sobre la importancia de invertir para que las niñas y las adolescentes terminen la escuela, desarrollen todo su potencial y definan un plan de vida alterno a la unión y la maternidad a temprana edad. Las familias y la sociedad en general tienen que crear entornos favorables para que niñas y adolescentes estén libres de violencia, puedan acceder a servicios de salud, de educación amigables y de calidad.
“Acelerar el progreso del país significa centrarse en los grupos con mayores vulnerabilidades, lo que también incluye a las niñas y adolescentes. Ellas tienen mucho que aportar a sus comunidades, pero con demasiada frecuencia quedan olvidadas o excluidas por completo, y es responsabilidad de los Estados invertir diferenciadamente para cambiar eso. Tenemos el firme compromiso de trabajar y apoyar al Estado para mejorar las cosas para estas niñas” , agregó Carrera.
PRIORIZAR A LAS ADOLESCENTES
UNICEF asegura que invertir en las adolescentes produce efectos inmediatos y resultados de impacto a mediano y largo plazo para ellas y sus comunidades.
Sin embargo, como muestran los datos estadísticos, la situación de las adolescentes en muchos países de la región es sombría en una serie de resultados, como la pobreza y la violencia. La agencia internacional se ha comprometido a dar prioridad a las adolescentes mediante el lanzamiento de su primera Estrategia programática, con y para las Niñas Adolescentes, 2022-2025.
Con el objetivo de apoyar a las adolescentes para que alcancen su pleno potencial, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia articula un programa -con y para las adolescentes- que aprovecha el trabajo existente y la ventaja comparativa de la organización. Este proyecto se enfoca en promover iniciativas multisectoriales, específicas para cada contexto, y basado en derechos, y que atienda las necesidades diversas y múltiples de las adolescentes.
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