La ecuanimidad del presidente ante la provocación de una realidad tergiversada


Vilmania Oviedo


Compatriotas mostremos erguida, nuestra frente orgullosos de hoy”.


Por: Vilmania Oviedo López 

          Periodista - Locutora 


Hace muchos años que el mainstream ha diseñado personalidades de arrogancia e hipersensibilidad en una generación que pregona y promueve la tolerancia que no practica. 

El repudio al racismo y el resentimiento hacia cualquier cosa que pueda parecer homofobia, han creado un muro de ignorancia por falta de oído en una sociedad que anhela paz pero promueve el odio. 

Jóvenes con posiciones basadas en intereses personales y parcializados con incapacidad de empatizar con las razones de los demás, personajes con la valentía que provoca la inmadurez y que utilizan cual rebelde sin causa solo para implantar la aceptación que ellos mismos no se profesan pero que necesitan sentir proveniente de quien esté a su frente. 

República Dominicana ha sido desamparada por gran parte de la comunidad internacional cuando se trata el tema haitiano, y por ese motivo sumándole la falta de experiencia, vemos cómo se ha irrespetado de la forma más desfachatada al ciudadano que nos representa y dirige. 

Nuestro país que en adición a tanto es de raza mestiza (Negra, blanca, amarilla, colorá… ) históricamente ha ayudado con creces y por todos los medios al vecino con que comparte la isla, además les hemos recibido en este lado de La Hispaniola brindándoles trabajo para que sustenten sus familiares, ocupan gran parte de la matrícula escolar y universitaria, hemos confiado nuestros hogares a sus mujeres haciéndolas parte de nuestra dinámizar familiar y a sus hombres cuando les dejamos en sus manos la actividad de cultivar la tierra y la construcción de infraestructura con su mano de obra.

Pero además, nuestros hospitales diariamente reciben cientos de parturientas a las cuales les brindamos atención médica gratuita para que puedan traer sus hijos al mundo, esto sin mencionar que República Dominicana convirtió a Haití en su principal socio comercial. 

Y aún así, se atreve la comunidad internacional a insultarnos llamándonos racistas, estupidos y quien sabe cuántas cosas más, sin tomar en cuenta la falta de planificación y las terribles condiciones de violencia, caos y desorden en el que vive Haití y que República Dominicana no puede resolver. 

Indignante resulta ver el irrespeto a nuestro presidente en tierras extranjeras como resultado de la manipulación de la realidad entre República Dominicana y Haití por gente que solo ha escuchado desde afuera una versión tergiversada de lo que nosotros vivimos aquí adentro. 

Cabe resaltar que nosotros los habitantes de esta media isla y también la diáspora dominicana, nos hemos sentido ofendidos por el hostil comportamiento de la joven estudiante con nuestro presidente, porque a pesar de que ella está siendo formada académicamente por una de las universidades más importantes del mundo, los dominicanos exhibimos mejores valores que engalanan nuestro  comportamiento, muestra fehaciente de que se necesita ser persona por encima de profesional, por eso la prudente y ecuánime postura del mandatario ante tal provocación. 

Los que creen que los dominicanos somos todo eso negativo que dicen solo porque estamos de acuerdo en que no podemos asumir la carga haitiana, deberían abrir la conversación en sus propios países y a su vez responsabilizarse de lo que les corresponda, no dejárselo todo a la República Dominicana. 

Los Dominicanos deseamos que Haití esté bien, pero que ellos mismos construyan su estabilidad así como diariamente nosotros nos esforzamos por la nuestra tanto aquí como en el extranjero. 

”Que es santuario de amor cada pecho Do la patria se siente vivir; y es su escudo invencible: El derecho; y es su lema: "Ser libre o morir”.

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