Vilmania Oviedo |
"No todo el que diga Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos” Mt 7:21.
En la tarde de ayer me dispuse a escuchar una entrevista que se le realizó en un afamado programa de radio y podcast, a la mencionada “neurocientífica” Elizabeth Silverio, donde una y mil veces se le preguntó por el nombre de un elemento fundamental en la aplicación de un método y a pesar de su “inalcanzable inteligencia” nunca supo responder.
Es increíble ver el circo que se ha montado en las redes sociales al rededor de un personaje como Elizabeth, que amparada en términos y palabras sofisticadas que al final en sus composiciones no dicen nada, ha mantenido engañados a cientos de personas a través de servicios de educación y salud pero también utilizando la fe.
Que preocupante resulta ver personas seguir a esta mujer que también se hace llamar pastora, causa indignación que padres y madres en la desesperación por iniciar la construcción de un mundo menos hostil, cruel y antipático para sus hijos con necesidades especiales, cayeron en las garras de un ser humano cuyo universo de mentiras no conoce límites.
No basta con haber sido desenmascarada por una entidad periodística de investigación que goza del prestigio y la credibilidad necesaria, también esta mujer ha realizado un media tour por los más importantes espacios de audiencia en donde ha enfrentado interrogantes y señalamientos con impresionante capacidad de manipulación y una inagotable creatividad para mentir y cambiar palabras a fin de ganar las discusiones y confundir su interlocutor.
Que triste que cualquier persona con “palabras bonitas” pueda engañar a cientos y miles en nuestro país, la confusión es el método que usa la “neurocientífica” para persuadir o quitar razón a los que conversan con ella, una “eminente profesional” que aplica un método inventado por ella, no avalado por las autoridades e instituciones pertinentes y de cuyo instrumento de aplicación no sabe decir el nombre, pero alega que el “testimonio” de los padres es su carta blanca.
Definitivamente como reza el título de mi anterior artículo de opinión: Tú forma de hablar determina cómo te mueves en el mundo. Su vocabulario fue la clave del éxito de la “científica” y “pastora” para mantener en el engaño a cientos de personas.
Volvamos a aprender que “no todo lo que brilla es oro.”
Post data: Elizabeth, la observación es un paso del método científico, no un instrumento de aplicación.
Publicar un comentario
Tus comentarios cuentan.